Para bajar la rotación de personal: Contrata lento, despide rápido.
Uno de los grandes desafíos que enfrentan las empresas en Latinoamérica es la gestión eficiente de sus recursos humanos. A menudo, se destina una enorme cantidad de dinero en la capacitación de empleados, lo cual es esencial, pero no siempre necesario si se realiza una selección adecuada desde el principio. En mi experiencia, esto representa un costo oculto que muchas organizaciones no consideran hasta que ya es demasiado tarde.
Contratar al talento adecuado desde el principio puede parecer obvio, pero ¿cuántas empresas realmente lo hacen de manera efectiva? Muchas veces, la presión por llenar vacantes lleva a decisiones apresuradas, basadas en criterios superficiales o en la necesidad urgente de contar con «alguien» en el puesto. El resultado: se invierte tiempo y dinero en capacitar a personas que, aunque bien intencionadas, no necesariamente tienen el perfil o las competencias para el rol desde el inicio.
El problema es aún más profundo en áreas clave como Ventas y Experiencia del Cliente, donde las habilidades blandas y la actitud proactiva son tan importantes como el conocimiento técnico. Capacitar a un empleado para que adquiera competencias que debió haber tenido desde un principio se vuelve un proceso largo y costoso, y los resultados no siempre son los esperados.
El costo oculto de una mala selección
Las empresas que no seleccionan apropiadamente a sus colaboradores están expuestas a una serie de problemas, tales como:
- Altos costos en programas de capacitación: Las capacitaciones continuas pueden ser valiosas, pero cuando se invierten en áreas que debieron cubrirse en el proceso de selección, se vuelven ineficientes.
- Baja retención de talento: Un empleado que no encaja desde el principio no solo será menos eficiente, sino que es más probable que se desmotive y abandone la organización en menos tiempo.
- Impacto negativo en la experiencia del cliente: Un equipo mal capacitado o con el perfil equivocado puede afectar directamente la relación con los clientes, lo cual puede tener repercusiones en la lealtad y en los ingresos.
¿Es posible evitar estos costos? La respuesta es sí. Para ello, las empresas deben poner más énfasis en el proceso de selección, asegurándose de que no solo se evalúen las competencias técnicas, sino también el potencial y las habilidades blandas que serán fundamentales para el éxito en el puesto.
Invierto gran parte de mis conferencias y talleres en hablar sobre la importancia de la empatía, la proactividad y la habilidad de entender a los clientes. Estas competencias, que son esenciales para generar experiencias de cliente excepcionales y aumentar las ventas, no siempre pueden adquirirse a través de una simple capacitación. Son, en muchos casos, actitudes y habilidades innatas que deben estar presentes desde el proceso de selección.
La clave está en seleccionar para el futuro, no solo para el presente
Un error común es contratar para resolver una necesidad inmediata, sin pensar en el futuro de la organización. Cuando una empresa selecciona personal con un enfoque a largo plazo, no solo está contratando para un puesto, sino para un crecimiento y una contribución continuas. Esto no significa que la capacitación no sea necesaria, sino que debe ser complementaria, no el único recurso para preparar a un empleado para el rol.
Recuerda:
Las empresas que invierten más tiempo y recursos en seleccionar adecuadamente a sus colaboradores desde el inicio no solo ahorran en costos de capacitación, sino que también logran retener mejor su talento, optimizan sus operaciones y mejoran la experiencia del cliente.
Si trabajas en una organización que enfrenta estos desafíos, te invito a reflexionar sobre cómo puedes mejorar tu proceso de selección y enfocarte en encontrar al talento adecuado desde el primer momento. Si necesitas asesoría en estos temas, no dudes en contactarme. Estoy aquí para ayudarte a mejorar tu proceso de selección y capacitación en ventas y experiencia del cliente en toda Latinoamérica.