Cuando una empresa decide implementar una Cultura de Experiencia del Cliente, muchos creen que el cambio comienza en los empleados de atención, en los vendedores o en los equipos de servicio. Pero la realidad es otra:
🔹 El Directivo más importante para lograrlo está sentado en la oficina del más alto nivel directivo.
🔹 Y el reto es hacer que se levante de la silla.
Si la Experiencia del Cliente no es una prioridad en la Dirección General, cualquier esfuerzo se quedará en discursos bonitos, capacitaciones sin impacto o frases vacías en una presentación de PowerPoint.
Porque los empleados no pueden dar una gran experiencia si las políticas internas se los impiden.
Porque la cultura de servicio no nace en un manual, sino en el ejemplo que dan los líderes.
Cuando la alta dirección entiende que la Experiencia del Cliente no es un departamento, sino una estrategia de negocio, es cuando las cosas realmente cambian.
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