Diversos estudios muestran que las mujeres están más satisfechas con la experiencia del cliente que los hombres, y esto se repite en todos los sectores de la economía.
¿Por qué? Una de las razones es que las mujeres dedican más tiempo y esfuerzo al proceso de compra. Comparan, investigan, preguntan y analizan antes de tomar una decisión. Además, compran con más frecuencia, lo que les permite desarrollar un mejor criterio y expectativa sobre el servicio.
Los hombres, en cambio, suelen comprar más rápido y con menos análisis, lo que a veces los deja con una sensación de menor satisfacción.
Si esto es cierto, ¿significa que las empresas deberían diseñar la experiencia del cliente pensando más en cómo compran las mujeres?