El peligro de ser un árbol de plátano… ¿eres jefe o líder?
A lo largo de mi carrera, he conocido a muchos gerentes que son como los árboles de plátano: ofrecen una sombra amplia, densa y cómoda. Bajo su sombra parece que todo está en orden. Pero hay un problema: bajo ellos, nada crece. Los plátanos no dejan pasar la luz del sol, impidiendo que otras plantas se desarrollen y florezcan a su alrededor. Y así, muchas veces, estos gerentes obstaculizan el crecimiento de su equipo, limitando el potencial de quienes los rodean.
La realidad es que los líderes efectivos no son como esos árboles de plátano. No temen compartir la luz, ni siquiera ceder el protagonismo cuando es necesario. Un verdadero líder no se limita a construir su propio éxito; su mayor logro es ver cómo su equipo crece y se convierte en líderes por derecho propio.
¿Qué hace diferente a un líder de un gerente «árbol de plátano»?
Promueven la autonomía Un líder fomenta que su equipo tome decisiones, aprenda de los errores y desarrolle sus habilidades. Un gerente que impide esto, que retiene el control sobre cada pequeña decisión, es como ese árbol que no deja que nadie prospere bajo su sombra.
Comparten el conocimiento Los líderes efectivos no temen enseñar todo lo que saben. Quieren ver crecer a su equipo, tanto a nivel profesional como personal. Un gerente que acumula todo el conocimiento para sí mismo está creando un entorno donde el desarrollo es limitado y el talento estancado.
Ceden el protagonismo No necesitan ser los héroes de la historia. Un líder sabe que su éxito se mide por el éxito de quienes le rodean. No se trata de ser siempre el primero en la fila, sino de empujar a otros a estar ahí.
Ponen a los demás en el escenario Un líder es aquel que pone a los demás sobre el escenario, permitiendo que brillen. Para muchos, esto es lo más difícil: perder los reflectores. Pero es ahí donde reside la verdadera grandeza de un líder. No se trata de estar siempre bajo la luz, sino de iluminar a otros para que ellos también alcancen el éxito.
¿Cómo evitar ser un árbol de plátano?
Si diriges un equipo, pregúntate: ¿Estoy creando un entorno donde otros puedan crecer, tomar la iniciativa y brillar por sí mismos? Si la respuesta no es un rotundo «sí», es hora de hacer algunos cambios.
Como líderes, tenemos la responsabilidad de asegurar que no solo prosperemos, sino que aquellos a nuestro alrededor también tengan la oportunidad de hacerlo. No se trata de dar sombra y controlar, sino de dejar que la luz llegue a todos.
El éxito no es una carrera en solitario, sino una escalera que todos debemos subir juntos. Asegúrate de no ser un obstáculo en ese proceso, porque, al final, no se trata solo de ti. Se trata de todos aquellos que están bajo tu liderazgo.